Jeremías Zúñiga: De la política banal a la política trascendente.
De la política banal a la política trascendente.
La estridencia, el histrionismo, el escándalo, el chisme y lo superfluo continúa siendo la
constante del político y servidor público banal; que por sus limitadas capacidades le apuesta
al protagonismo mediático al carecer de ideas, conocimientos, propuestas, razones y
argumentos sólidos para actuar en bien de la sociedad. Sólo hay que observar la cantidad de
noticias que generan por este tipo de conductas en comparación a las acciones de política
pública que realizan para mejorar la calidad de vida de las familias de una comunidad.
Por ello, es necesario que los ciudadanos rechacemos el escándalo, que no seamos cómplices
de estos personajes limitados intelectualmente y que han dañado las instituciones y por ende
la calidad de vida de las familias mexicanas. Ser político y servidor público debe ser referente
de preparación, conocimiento, intelectualidad, reflexión, prudencia, templanza, compasión y
atención. Continuar eligiendo servidores públicos por su carisma o popularidad implica agravar
la crisis de pobreza, violencia, inseguridad, rezago educativo, pérdida de la calidad de vida e
infelicidad en la población.
La pobreza se combate generando riqueza.
Es necesario que los servidores públicos se concentren en diseñar e implementar políticas
públicas para generar la riqueza y los empleos que demandan las familias mexicanas, sólo así
se podrán sustituir las políticas asistenciales por el trabajo bien remunerado. Si se quiere que
los recursos públicos alcancen para generar desarrollo e infraestructura, mejorar la calidad del
educación, la seguridad, que haya lugares públicos para el esparcimiento y recreación familiar,
que los hospitales estén bien equipados y abastecidos con medicamentos; es indispensable
crear las condiciones para que cada persona a través de su preparación, esfuerzo y trabajo
pueda satisfacer sus necesidades y las de su familia. Hasta el día de hoy ninguna nación ha
sacado de la pobreza a su población a través de la caridad gubernamental, todas le han
apostado a la educación, al desarrollo de infraestructura, a la generación de riqueza y empleos.
Pasemos de la sociedad del escándalo a la sociedad del bienestar
De continuar con un nivel de debate en donde predomina el escándalo y la estridencia no se
lograrán resolver los grandes problemas que enfrenta la nación. Además se requiere dejar de
resistirse al cambio, a la forma tradicional de diseñar e implementar políticas públicas. Cambiar
al país implica renovar la forma de gobernar y hacer política. Los servidores públicos y los
políticos deben estar conscientes que su labor es la de crear las condiciones para que los
empresarios generen la riqueza y los empleos que demandan los mexicanos, porque son los
empresarios quienes arriesgan su capital para generar la riqueza y las fuentes de empleos. La
función del gobierno es administrar los recursos públicos para mejorar las condiciones de vida
del país, lo cual implica garantizar el estado de derecho, el cual ha estado ausente ante el
crecimiento de los grupos criminales; mismos que han aumentado su número de integrantes
debido al incremento de la pobreza, la cual a acrecentado la desintegración familiar,
agudizando la deserción escolar y como resultado la destrucción del tejido social.
El enfoque de la mayoría de los mexicanos debe estar en mejorar las condiciones de vida
propias y de su familia desde la iniciativa privada, es fundamental que la política y el servicio
público no sigan siendo vistos como opciones para enriquecerse, porque la consecuencia ha
sido el empobrecimiento de la población, la pérdida de la calidad de vida, el incremento de la
violencia, todo debido a la ambición que genera corrupción. El gran reto para el gobierno es
hacer redituable la preparación, el esfuerzo y el trabajo; ser inteligente, honesto y trabajador
debe ser garantía de progreso y bienestar. Las personas que le apuesten a su educación, a la
creación de un proyecto de vida estratégico y al esfuerzo permanente para mejorar sus
condiciones de vida, deben tener la certeza que el gobierno no saboteará sus posibilidades de
éxito. Los servidores públicos deben ser los aliados del progreso y el bienestar.
México requiere servidores públicos comprometidos con la patria, que piensen en las próximas
generaciones en lugar de las siguientes elecciones; asimismo ciudadanos informados, críticos y
participativos para evitar que lo superfluo y banal prevalezca sobre lo trascendental.
Las acciones individuales construyen la colectividad.
Dr. Jeremías Zúñiga Mezano
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