Jeremías Zúñiga
El dinero es para invertir, no para gastar
El excesivo gasto corriente –que en muchos casos es superfluo-, es la causa principal que ha impedido el crecimiento económico de México. Toda vez que, más del 60% de los recursos públicos son destinados a este rubro. Además los gobiernos federal, estatal y municipal han preferido gastar en la contención de los problemas que enfrenta el país: pobreza, desempleo, inseguridad, a través de la caridad gubernamental que tiene como principal objetivo obsequiar: despensas, láminas, cemento, cobertores, dinero en efectivo… y para combatir la inseguridad comprando más armas, más patrullas, contratando más elementos para implementar el uso de la fuerza pública, en lugar de invertir en la prevención de los factores que generan la pobreza, el desempleo y la violencia.
Para combatir la pobreza y el desempleo, el gobierno tiene que crear condiciones para generar riqueza mediante la ampliación o apertura de nuevas empresas e industrias. ¿Cómo hacerlo? Reduciendo el gasto corriente, otorgando estímulos fiscales, simplificando los trámites burocráticos, desarrollando infraestructura carretera; portuaria; aérea y ferroviaria, estableciendo parques industriales, todo con la finalidad de estar en condiciones de bajar los impuestos a los energéticos, el impuesto sobre la renta, hacer deducibles las nóminas de las empresas y las prestaciones laborales, eliminando el impuesto a la nómina, exentando entre 5 y 10 años de pagos de impuestos estatales y municipales; de esta manera se logrará hacer de México un país más atractivo para invertir, debido a sus condiciones fiscales y su ubicación geográfica que es estratégica. Ademas, así se provocará que se combata la pobreza de forma efectiva y sustentable, que los trabajadores reciban mejores salarios y prestaciones laborales al ser deducibles; acciones que se traducirán: en mejor calidad de vida para las familias mexicanas, abatimiento de la pobreza, el desempleo y la inseguridad sin hacer uso de la fuerza pública.
Ningún país ha revertido la pobreza y la violencia con caridad gubernamental
Los recursos públicos que se gastan en los programas asistenciales han provocado el crecimiento de la pobreza, el desempleo y la violencia. Es decir, en lugar de resolver la problemática que sufre la sociedad, en el mediano y largo plazo se ha agravado. Lo señalado se puede constatar en las cifras de INEGI, CONEVAL y del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Sí los mexicanos rechazamos las políticas públicas que pretenden indicarnos dónde y cómo vivir, qué comer, dónde y qué estudiar, dónde trabajar, cuánto podemos ganar y gastar; entonces también debemos rechazar la caridad gubernamental que tiene como principal objetivo generar dependencia del gobierno para empoderar a los servidores públicos en turno, y así controlar el nivel de vida de la población.
La principal tarea del gobierno es crear condiciones para que la población genere su propia riqueza, misma que es producida a través de los empresarios que arriesgan su patrimonio, los cuales contribuyen a la creación de más y mejores empleos. Sin embargo en el discurso los políticos y servidores públicos hacen parecer que ellos son los generadores de la riqueza y los empleos del país, cuando la realidad burocrática indica que son el principal obstáculo para abatir el rezago económico y de seguridad que sufre México.
Por tanto, si en verdad se quiere trazar la ruta del desarrollo, el progreso y el mejoramiento de la seguridad, se debe pasar de las declaraciones a las acciones. No obstante, para que esto suceda la vía más efectiva es a través de la participación ciudadana, porque el sistema político actual beneficia a los grupos en el poder, y no se percibe ningún interés de renunciar a los privilegios que actualmente gozan.
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Dr. Jeremías Zúñiga Mezano
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