LAS LLAVES DE LA CIUDAD DE VERACRUZ REGRESAN A SU LUGAR DESPUÉS DE 100 AÑOS

“El presidente del ayuntamiento, acompañado de todos los concejales, tuvo el
honor de presentar al emperador las llaves de la ciudad primorosamente
trabajadas y colocadas en una bandeja de plata…” (pág.261)
“El Archiduque Maximiliano de Austria en México” Martin de las Torres, 1867
Presentarle a una persona las Llaves de una Ciudad es un acto simbólico y de gran honor. Es lógico que  las llaves de nuestra casa o del corazón no se entregan a cualquiera,  mucho menos la de la ciudad, por lo tanto el receptor de la misma debe de reunir estrictos requisitos.
El significado del acto de presentación, es que dicho personaje puede tomar posesión de la ciudad o que para la ciudad es un honor tener a tan distinguido huésped – ejemplo la obra de Velázquez intitulada:“La Rendición de Breda”, en la que aparece  Justino de Nassau entregando la llave al general Spinola.
En el caso de nuestra querida ciudad de Veracruz, pocas personas conocían la historia de las Llaves, pues gran parte de los datos que se tenían provenían de leyendas o conjeturas. Sin embargo hace 6 años, la Fundación de la Crónica de la ciudad de Veracruz A.C., se dio a la tarea de investigar el origen y paradero de las mismas, pues sólo se contaba con una foto antigua que había sido publicada en 1969, en la revista “Artes de México” durante los festejos de los 450 años de la ciudad, así las cosas, indagando aquí y allá, se fue aclarando el misterio de su desaparición, la cual se acuerdo a la revista antes citada, había sido sustraídas de la Biblioteca del Pueblo en 1914 (Recinto de la Reforma) y que solo quedaba el estuche vacío, exhibiéndose en el Baluarte de Santiago.
Luego surgió otra duda, en la foto aparecen un par de llaves, siendo común que sea sólo una, pocas excepciones como es el caso de las llaves de Sevilla,  entregada al rey Fernando II “El santo” porque unas representaban a la comunidad de Judíos y las otra a musulmanes, pero en el caso de Veracruz, llegamos a la conjetura eran dos, porque habían sido presentadas a la pareja Imperial Maximiliano y Carlota en 1864, a su arribo a Veracruz, el dato fue corroborado con el testimonio de Martín de las Torres, en su Obra Maximiliano en México (1867) y con algunos datos proporcionados por el investigador Ricardo Cañas, que obtuvo de la obra del Lic. Jaime Baca Rivero.
Así las cosas, y con la asesoría de la Cronista de la Ciudad, la Arquitecta Concepción Díaz Chazaro, nos dimos a la tarea de profundizar en la fotografía, encontrando que se trataba de un exquisito trabajo artesanal de plata con adornos de oro, en cuya parte superior se puede apreciar el escudo de la ciudad otorgado por Carlos V. en 1523.
Curiosamente y para hacer más de leyenda esta historia, la marca para la combinación de la cerradura es un grabado simbólico al parecer de una Logia, observando detenidamente se puede apreciar que es una especie de daga damasquina, que atraviesa una corona de un príncipe. La leyenda cuenta que Maximiliano pertenecía a alguna logia masónica, por lo que su impresión debió de haber sido tremenda.

Gracias al dato proporcionado por Ramón Gómez Barquín, se confirmó la sospecha, habían sido presentadas a la Pareja Imperial en 1864, el dato fue encontrado en el documento  «RESEÑA HISTÓRICA DEL PALACIO MUNICIPAL 1523 A 1618», escrito en 1935 por Juan Klunder y Alberto Uruñuela, señala:

«1864.  El día 22 de junio de este año el Cabildo, acordó depositar en su propia Tesorería, las dos llaves de plata con adornos de oro, mismas que le fueron presentadas en señal de homenaje a los Emperadores el día de su recepción (29 del mes anterior).  

Dichas llaves fueron manufacturadas por don Mariano Rivera y costaron $100.00.

Desgraciadamente desaparecieron cuando se perpetró el saqueo de Veracruz durante la invasión norte-americana en el año de 1914, dejando para irrisión nuestra el estuche vacío»

 
Este tesoro histórico estaba bajo resguardo en la Sala de Cabildo del Ayuntamiento, hasta que fueron enviadas a recién inaugurada Biblioteca del Pueblo, donde existía un pequeño museo, posiblemente entre 1871 y 1872, siendo sustraídas durante la intervención Americana de 1914. 
Rescatar la historia de nuestra ciudad no es tarea fácil, por lo que miembros y Socios de Fundacrover, A.C., reconocen y agradecen a las personas que apoyaron la realización de este proyecto, en especial al fino trabajo de la Joyería A.J.C., a la familia Gómez Barquín por su motivación, al Contador Guillermo Larios, al Lic. Jaime Baca, al Lic. Rafael Gil, a la Lic. Rosario Arias Pérez, al Lic. Daniel Galindo y mención especial, a la visión, respaldo y amor por Veracruz del Alcalde Lic. Ramón Poo Gil.

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