La indiferencia destruye a México
¡Seguridad! Es la exigencia de mexicanos y extranjeros, unos para vivir y otros para invertir, sin embargo es justo reflexionar acerca de la contribución que cada habitante del país hace para mejorar su comunidad. Hasta hoy el papel que la sociedad ha desempeñado dentro de su entorno ha sido limitado -criticar, protestar, insultar, agredir o buscar culpables-, lo cual es insuficiente ante la problemática de fondo que se enfrenta, la corrupción, y no únicamente la gubernamental que ha destruido las instituciones, sino la más grave, la corrupción social que ha deteriorado la familia, eje central del tejido social, lo cual ha afectado la convivencia entre individuos, convirtiendo en normal lo que históricamente es anormal, por ejemplo; el consumo de drogas y alcohol en ambientes familiares; la presencia de delincuentes en reuniones, fiestas o restaurantes; el secuestro, la extorsión y el homicidio ya no altera el ritmo de vida de los mexicanos; por el contrario estos acontecimientos se han convertido en temas de café para la socialización. La indiferencia entre individuos ha llegado hasta la primera línea de sangre –abuelos, padres, hermanos, hijos y pareja-, además condicionada a que la afectación sea directa, de lo contrario, la sociedad busca no enterarse para no alterar su cotidianidad.
¿Qué estamos dispuestos a ceder por México?
Cuando hablo de México me refiero a la familia, amigos, vecinos y en general a cada persona que forma parte de este país, porque es fácil exigir, más desde las redes sociales, sin embargo actuar es lo se requiere para mejorar nuestro entorno.
México no cambiará por ley o decreto.
Sí estas esperando a que un gobernante emita una ley o decreto que mágicamente reforme a todos los mexicanos para convertirlos en ciudadanos responsables y comprometidos ¡Despierta! Esto es la vida real, aquí no llegará ningún héroe al final a rescatar a los buenos; ten presente que para un hijo no hay mayor héroe que un padre, por ello, te invito a que apagues la televisión, computadora, tableta o teléfono y actúes; dedicándole tiempo a la familia, amigos, vecinos y también a las personas menos afortunadas que necesitan de ti, recuerda que la seguridad empieza en casa, responsabilízate de tú entorno, mejora la calidad de vida de quienes te rodean, la tranquilidad de tus familiares lo vale.
Todo rápido y sin esfuerzo
Las tecnologías de la información y la comunicación han revolucionado el ritmo de vida de los seres humanos, ahora todo se pretende que sea aquí y ahora. La sociedad cada vez busca formas de intensificar las emociones, se vive en la época del hombre (humano) insatisfecho, nada sacia el deseo de poder, dinero, adrenalina, diversión, cada vez se quiere más y más hasta que llegar al límite en donde se pone en riesgo la libertad o la vida, es fácil para los jóvenes y adultos decir “todos vamos a morir” pero no es lo mismo decirlo que vivirlo, ¿Por qué esperar a estar al borde de la muerte para valorar la vida? Observa a tu alrededor y descubre todo lo que puedes hacer para trascender, inclusive, si piensas que el dinero es la fuente de la felicidad, descubre la forma licita de lograr tu libertad financiera, no pases sin pena ni gloria por el mundo, busca trascender más allá de tu generación.
Sin esfuerzo y sacrificio no puede haber éxito
¿Cuánto cuesta el dinero? Al ser humano sólo le gusta ver el lado bueno de las cosas, sin embargo, cuál es el costo del éxito, porque cumplir las metas y objetivos tiene un precio, ¿estás dispuesto a pagar el precio? Te invito a hacer un alto para replantear tu vida, crea una visión (imagen viva del futuro) construye tu misión (el camino, los límites y los valores para hacer realidad tu visión) plantéate objetivos y divídelos en metas, dale sentido a la vida. Cuando se tiene claro porque vivir, no hay cansancio, ni mucho menos indiferencia que impida la llegada del éxito.
Dr. Jeremías Zúñiga Mezano
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